viernes, 31 de octubre de 2014

FOLÍAS DE ESPAÑA


Jordi Savall. Un genio. Jordi Savall. Premio Nacional de Música. Jordi Savall. Un gesto. Metéroslo dónde os quepa. Malnacidos. Patanes. Miserables. Canallas. Que a este hombre no le falte su cachito de sombra en este blog ni una silla donde descansar. El que sabe vivir en una belleza así, bien puede escupirle al demonio a los ojos si le hace una carantoña. Tanto más a una escoria de ministro. Salud, maestro. Y mis respetos.  Desde hoy dejo de traducir "viola de gamba" por "metedura de pata".

COMPAÑEROS POETAS...



Entre mis compañeros de colegio, instituto y universidad, y con el filtro a menudo festivalero de la memoria, hay un buen puñado de especímenes con méritos sobrados hoy en día para estigmatizar aulas y recreos enteros si alguna investigación picajosa consiguiera reubicarlos en sus respectivas camadas, si alguna redacción cañera de periódico o algún fiscal de laboratorio relacionara sus ocupaciones actuales con los pipiolos que compartimos pupitre y carreras y ébola de junteras en esa intersección de conjuntos en las que todos tuvimos un pasado sucio, en las que todos tuvimos un pasado glorioso, en las que todos tuvimos una infancia de mierda y una mierda de infancia, quién pudiera regresar... ¿Te acuerdas del Chipi? Se suicidó. ¿Te acuerdas de Fran, el que su padre tenía un almacén de materiales? Está preso. ¿Te acuerdas de Anamari, la de la cara como un almendrado? Se sacó la carrera de medicina, macho. ¿Te acuerdas de Pía? ¿La sueca? La sueca. Tiene una fundación de ayuda humanitaria en Tanzania. Una especie de "aldeas infantiles" que da gusto verlas en internet. Y los hay periodistas famosos, filósofos, escritoras, profesoras, columnistas, ganaderos, directores de programas de TV, vendedores de seguros, dueñas de casas rurales y fruteros. Pero también los hay drogadictos, vagos, vividores, muertos, suicidas, maltratadores, ladrones, camellos, y hasta negros de presentadoras de TV metidas a novelistas... Eso de los que me acuerdo. Eso con los que aún me trato de vez en cuando. Ninguno me hizo presidente de Telefónica. Ninguno me hizo presidente de Caja Madrid. Ninguno me hizo poner cara de puchero ante unos micrófonos como la que puso Tomás Gómez cuando ese amigo de la infancia que colocó de alcalde en el ayuntamiento de Parla le salió rana reventada en los recreos de su memoria, imputado en la Operación Púnica, su compañero de pupitre José María Fraile... 



Oh, crueldad del destino, oh, mutable fortuna... Vale, pero para hacerle un favor a un amigo le prestas tu bici, no la única silla de ruedas que tenemos en el pueblo para todos y para todo. Amiguito. Amiguete. Amigote. La declinación en latín de "contactus". Gerundio "enchufandum". ¿Que te ha defraudado? A ti y a los de Wikipedia...




Y no me creo ni uno solo de esos pucheritos, que son todos unos actores consumados desde que robaron juntos la primera sandía. También a mí me han salido ranas algunos de mis queridos delincuentes, compañeros poetas, pero la bici a tomar por saco era la mía siempre. Cagontó ya, que teníais que ir todos al trullo en tandem, que también es latín...

(Va otro making of, que es adictivo. Me encantan los momentos "arruguitas en la frente" y cuando le pongo cristales a las gafas como si lo tuviera previsto, juás...)