viernes, 1 de enero de 2010

ARRANCANDO

Más que con las campanadas, el año nuevo comenzó justo cuando explotó el petardo en el patio interior del bloque. Una palmada de pólvora y humo entre calcetines perdidos, pinzas de la ropa y somieres de emergencia. Zácate y p'alante. Con brío. Con sinvergonzonería. El desparpajo vital que me va a hacer falta todo el año. Había por el barrio un torero malísimo del que se decía que mataba los toros desde un taxi. Eso se ha acabado. P'alante, como la de arriba.