jueves, 22 de marzo de 2007

BUHARDILLA DE LAVAPIÉS (17)


ESTOY VIVO EN LOS OJOS DE LOS DESEQUILIBRADOS
En las bombillas que sudan humo de pobres
En las mareas de la tristeza y de la alegría
En Madrid En tren Encima de las mujeres
Y debajo de los puentes
En la antorcha que espanta al lobo
Y en la que prende tu pira
En el subsuelo de tu sexo y en su Norte
En tu agenda robada
Y en los teléfonos que marco para destrozarte al azar,
Sin conocerte, sin amarte, sin tenerte ya nunca.
Abrázate a mí y deja de flotar, nena.
Soy tu Salvador Abisal.

Estoy tan vivo que doy pena.


(Con el pecho lleno de tambores indios,
solicito a una mujer su presencia de por vida
en la mía y luego me mato en un coche,
por ejemplo, o me caso)


Algo está creciendo en el revés de mi cabeza.

Soy el apasionado hijo de la gran puta
que soñaron tus espinillas.

Podría amarte sencillamente, pero me compliqué.
Ahora duelo para ser, nena.

"Vendrán de fuera las fauces que llevas dentro
como vinieron de fuera las mujeres que llevabas dentro"

COSAS DE LOS PARQUES


Los parques se hacen a regañadientes y se vigilan con helicópteros y tipos pedestres a los que no les gustan los parques. Y los que diseñan los cacharritos para los niños nunca han sido niños o nunca se han tirado por un tobogán con el culo ardiendo. Hacen armatostes con mucho palitroque lamido (sin aristas) y mucho caucho (sin chichones), pero son injugables: los niños se acercan a ellos, los estudian, prueban; y no le ven el lado divertido por ninguna parte. Ni subiéndose, ni estándose quietos, ni buscándole el número pi por los bajos. Sólo les falta poner cinturón de seguridad en los columpios. Una pena, porque los críos están prefiriendo la consola (y yo). Otra cosa es la mierda que han hecho en Tirso de Molina. Con la excusa de poner un Mercado de las Flores (por Dios) y echar a todo el nirvana de rojos, punkis y borrachos, han montado una chicane y un trampolín para coches de policía y ambulancias (esto último se agradece). Aparte de que de flores nasti, la subida de precios de las terrazas y de que el nirvana no se larga ni con agua hirviendo, han puesto un parquecito high design para niños high gilipollas (y en este barrio no abundan). Al primer niño que se entretenga ahí es porque en su casa le dan palizas de muerte. Consolas al margen, a los críos les va mejor la calle para jugar (sí, en Lavapiés sí). Suelen ser esquinas con bares y con sus padres dentro. Mayormente fútbol. Y unas veces sí, y otras también, se dan buenos pepinazos, y hay risas y adultos cascarrabias chillando. Pues como tiene que ser, leche. Otro día le saco una foto al Guggenheim Disney de Tirso de Molina. Acabará en el Museo de la Inquisición de Toledo. Al tiempo.

CARRASPEO


Sí, efectivamente carraspeo un poco antes de escribir. Creo que es una forma de respeto antiguo. De respeto. Una manera santiguada de decir voy. Aunque esté hecho de restos de andamio y a esto no se le pueda llamar estar erguido. Algo así. El que carraspea un poquito antes de escribir. A mano o a máquina. Un leve carraspeo. Un santiguarse y un amén hacia delante. Para decir. Ahora que lo pienso, me pasa también con el ajedrez. Otra forma de decir, supongo.

BUHARDILLA DE LAVAPIÉS (16)

Sóplanos hoy entre los ojos
y provocarás una espantada de playas.

Un mal día para los días buenos.

¿Sigues ahí?
Yo por poco tiempo.
Voy a ponerme la nuca de morir.

De dormir blanco.

Alguien se está desatando los cordones en mi alma,
desabrochándose los botones en mi alma,
quitándose el sombrero en mi alma,
y está solo.

Me acuesto dentro de mí,
como un marcapáginas callado,
por donde me voy sabiendo día tras día.

FASHION VICTIMS


De acuerdo, de acuerdo. Pero yo conocí una vez a una que tenía cabeza.
Con menos muebles que una habitación japonesa, pero tenía.
El vestidillo me ha quedado monísimo, eso sí.

IRAK, UN DÍA DE ESTOS

Lo dejo, mamá.

EL CORAZÓN EN LA CABEZA


Lo mismo que hay gente de ideas fijas o de conducta recta o de moral de hierro, hay mujeres de sentimientos cuadrados: la boda soñada (es decir, la boda prevista), el marido honrado y fiel (es decir, el mueble elegido), el hijo de provecho (es decir, la secuela), y el futuro perfectamente desplegado ante sí con números, casillas, nichos y nietos. Es la viva imagen del personaje de Mafalda, Susanita. Pero esa obviedad en las conversaciones y en el comportamiento ha de ocultarse, si no se quiere recibir un tarrazo del varón más cercano. Así que estas mujeres de sentimientos cuadrados te atacan con el disimulo. Y lo mismo es una malabarista de pelo rasta que una decadente escritora que se muere por ser la Pizarnik (y no se morirá nunca). Detrás de sus cócteles molotov o de sus polvos en la tapia del cementerio, hay un niño azul con los ojos rubios, una hipoteca que pagas tú, y un satisfactorio y civilizado divorcio que te arruinará la vida. Para reconocerlas antes de que sea demasiado tarde hay un procedimiento infalible. Miradles las pupilas cuando contemplen la luna llena. Igual que a los vampiros les delata el espejo donde no aparecen, a las mujeres de este tipo la luna se les refleja en las pupilas en forma de perfecto cuadrado. Momento de salir pitando.

JOHNNY STINKING, DETECTIVE PRIVADO


Sin embargo, lo que en realidad suele sacar Johnny Stinking es la botella.

EL YOGUR