sábado, 10 de marzo de 2007

EL MAL (2) (En el ojo de un gato)



BUHARDILLA DE LAVAPIÉS (4)



Lo que quiero decir está en los dos lados de un escupitajo
y en los cuatro muñones de un abrazo de postguerra;
en las horas
benditas de la fresca y en los minutos años de amanecida
con mujer de verdad.

Lo que quiero decir es un horror bueno de madre
peinándote en la cornisa. Esa solicitud.
El incidente espacial que supone un beso ahí.

La leyenda de la Gran Barra,
también.

Lo que quiero decir es tal vez una madre cornisa
y un padre cornisa y unos amigos cornisa y
la disimulada cornisa que tenían en el esternón tantas mujeres.


Escarba en mi cráneo.
Ojalá encuentres algún juguete perdido, una moneda,
un trocito de madera auténtica.
Algo que sonría sin saberlo.



O el intento honesto y borracho
de hacerme un sombrero mejicano
con vuestras almas
y salir disparando de los sitios.

Devolverle a la Muerte
su mero rango de transportista.

Darle a los días su antigua anchura.
Aquéllos días para luego.
Aquéllos quiebros de cintura
con que nos hurtábamos al futuro.

Devolverle a la vida
sus queridos picores.

Cuando primero fue
el desalojo de aquél remoto coño.

Cornisas y madres.



Escribo tan junto dentro de mi cuerpo
que comienzo a sangrar por la nariz.


Puedo sangrar así
porque ahora soy un HOMBRE.

Aunque
me lloviera encima un día
me empapara del que llevo en las fundas del alma
me tuviera un día
en el calabozo de mis pantalones
las mujeres se me comieran los ojos
soy un HOMBRE


cuidado, animales,
que sé decir hola.

QUINTO


Monumento al Botellín Desconocido y culminación del ascenso.

CARRERAS DE CHIRINGUITOS


Las carreras de chiringuitos gozan de gran predicamento y reputación en las playas de Málaga. Los chiringuitos corren entre ellos no a la manera atlética o pedestre, cosa que les resultaría problemática y hasta peligrosa por los muchos ladrillos y enseres que habrían de desplazar, sino que lo hacen a la manera emblemática. A la orden de "!ya!" los clientes de los chiringuitos en competición estiran el cuello hacia el mar en actitud de gozar mucho de la brisa marina y del placer de la vacación, y así permanecen el tiempo pactado para la carrera. Gana el chiringuito más emblemático, por supuesto, y queda a criterio turístico de la opinión pública en ese momento dado. Grandes ganadores hemos tenido: el titánico "Los Manueles", la esforzada "Ponderosa", "El Amillo" y sus carreras de largos atardeceres... Muchas leyendas se han labrado y muchos cuentos se narran a la luz del fuego de las moragas... El chiringuito "Neptuno" y el autobús de japoneses con quemaduras de tercer grado durante una agónica carrera de 16 horas... El chiringuito "Los Tritones", del que se dice que avanzó medio metro hacia el mar en un sprint de carrera corta, un mítico domingo de los años ochenta... El desaparecido "Mi Copla", al que una ola le devolvió un hidropedal con dos alemanas muertas durante un novedoso certamen de primavera... Nadie conoce con exactitud el origen de estas carreras singulares (los sumergidos y silenciosos chiringuitos de la Atlántida guardan su secreto), pero no es modalidad frecuente entre los chiringuitos de otros países y litorales, a no ser por esnobismo de su dueño o importación notoria. Así, las carreras de chiringuitos de Málaga son uno más de los atractivos de la Costa del Sol. Elija una de nuestras cuidadas calimas matinales de desodorante y bronceador, y goce del espectáculo. Los turistas más atrevidos, los más emblemáticos, incluso se atreven a participar.